Ira de agosto I Avatares de silencios masculla la
canícula en la latitud
y el tiempo de las montañas
habitadas por fantasmas
magros devorando hiel
envueltos en el frío
torrencial de los veranos
muertos Relámpagos
y truenos son sólo
expresiones celestes en los páramos
donde ha sido castrada
la furia y las fieras
lamen sumisas los inertes
miembros de sus verdugos
ancestrales Exánimes
se arrastran los cabestros
suplicando misericordia
al cielo mientras su
grey rumia en silencio
con las cuencas vacías
y los intestinos llenos de falacias
y de miedo El nervio late
acompasadamente y la sangre
fluye alimentando a borbotones
las sinapsis La anquilosada
cerviz cruje desembalada
y se atreve a levantar
triste la mirada hacia los enfangados
cielos que opacan el
pálido destello de la luna maldiciendo II La luna se ocultó
apenada. El sol sale
y se ruboriza esbozando decepcionado una tímida
sonrisa Un coro de querubines canta a la aurora
un salmo: "Alabado
sea el Señor Alabados, los
pusilánimes a los que alimenta
el hambre pero sostiene
el dolor". Desde el infierno
grita una multitud
de mártires: ¡DURO!
Duro, duro... du... III Duda la luna
envuelta por intermitentes
nieblas. Escondidas en
las hierbas acechan silenciosas las coloridas
muecas de los más
diversos seres. La luna los mira
cada que puede y se ríe
y horroriza. IV Los más
se secan envenenados
por el hambre. Los menos se ufanan de
su raigambre El sol no se
atreve a salir y solo se siente
apenado tras las nubes. V Avatares de silencios esperan el grito y como fondo
perciben el ruido de
una cascada de indiferencia, ruidosa risa
del malvado mal hado cobarde del explotado
Hoy
A.O. Romper al alba los alabados
rumbos atávicos Cambiar el curso de los cauces secos Trasladar barrancas, los cantos, las arenas Para volver a
oír, la impetuosa
carcajada de las aguas.
Destierro I Una gota de lluvia
tardía colgada del
pico de una hoja
sombría
al caer fulgura reflejando el
haz fugaz del ocaso filtrado
a través
de la enramada. Claridad
ahogada en sí misma cuando se estrella
y revienta el reflejo estelar
en los pantanos. Desconcertado
por el súbito multiplicarse
de los destellos
del cielo, el jaguar se
agazapa y acecha a la luna que
viaja repetida en
ondas que chocan y
rompen extrañas
constelaciones. El felino aturdido
confunde las oscuras
manchas de su piel con los negros
pozos del cosmos; los mismos que
volteando hacia el cenit,
mira regarse. Un cúmulo
nimbo se atraviesa
y se funde con el lodo, la nube llena
de saetas la noche. El león
mira sumiso abajo y arriba y se retira
buscando refugio. La última
gota que derrama la hoja nunca
llega a la tierra, se vuelve neblina
que envuelve la selva y el jaguar
otea y acecha las manchas pardas que anuncian
la llegada de sus presas. II
Aquí, en el destierro escuché
llorar a una estrella y la busqué
en el firmamento, pero todos los
astros radiaban
acompasadamente, con un ritmo
que no develaba sollozos ni derramaba
llanto por los cielos. Aquí desterrado, mirando al horizonte, percibí
el gemido nuevamente: apagado y escondido en la oscuridad
de la selva. Era el estertor
de un sueño ahogado por
la soberbia
en la tierra, en la fatal
soledad de la miseria. Aquí desterrado pregunté
a las estrellas: ¿porqué
gime esta alma? y los astros
palpitaron levemente Apareció
la luna, lánguida
corona púrpura primero, emergió
de la bruma y se apoderó
del cielo. Luz en la noche,
plena y violenta penetró
en la jungla con su claridad
de hielo. Iluminó
mil ojos y aquí,
en el destierro, se escuchó
el gemido de la tierra
concibiendo.
III Florecieron las
almas en las turbias
aguas del pantano y fueron llenando
la selva de fuegos solemnes, de cantos rituales, de gritos marciales. La rabia de
la lluvia acecha desde
el cielo mientras la
tierra suda milenarios aguaceros. Desterrados del cielo y
de la tierra los rostros
se forjaron en la guerra, y no esperan
más que a la vera, los sorprendan
sumisos: el caimán
o la pantera.
Ellas
a tu memoria... Si las hubieras
visto, madre, tan pequeñas, resistiendo
al soldado Si las hubieras
visto, hombro con hombro,
juntas, enarbolando
sus palos Si las hubieras
visto a luchar decididas,
madre, hubieras estado
a su lado.
Sueño
de enero
Soñé
en enero y enero me llevó a otro enero
distante cuando soñé
primero y me volví pionero
errante
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