EQUIPAJE Escribir para uno mismo. Parra llenar
los tiempos que nos dejan las obligaciones vacías e inocuas. Todo
se desvanece, te engrandece.
Meses después, tras la inactividad
mental, tras cargar con kilos de más, todo es oscuridad.
Silencio, soledad. El discurrir lento
de otro invierno me deja hueca, pero no vacía. Vacía nunca,
porque estoy viva. Soy caja de resonancias, de ecos. Acojo a los gatos
muertos en las calzadas, ardillas curiosas cruzan ante mi cada mañana,
buhos habitan la noche.
sabor a chocolate en la memoria,
tinta mojada en el tintero
cuadernos en blanco
Ahuyentando el hambre del deseo carnal,
luces fugaces
horizontes recortados por helados
agrestes picos
sinceros cómplices
Semillas de bofetadas
que por el río trae de nuevo
vapores de la tierra emergiendo
al compás de las luces largas
de mi opel corsa
Reclamos mudos
en la distancia
Incomunicación, cárceles
emotivas
idiomas incomprensibles
indescifrables, ininteligibles.
Ternura bajo las yemas de los dedos
piel fría, contraída
por la hostilidad reinante
atmósfera enardecida por tanta
mediocridad,
falsas formas, fondos oscuros y violentos
Caricias al filo de las horas muertas
complicidades enmarcadas en las lentes
Suave brisas oceánicas
capaces de sostenerme
un día más,
un día más.
GERMEN DE LA MOTIVACION
-¿Cómo estas?
-¿Deben de quererte mucho?
-¿Quienes? Tal vez unos mas
que otros.
La pluma vuelve
late bajo las yemas de los dedos
emerge de los huesos y los tendones
cubre el horizonte
ahuyenta fantasmas
brújula de encantamientos
y proximidades
Escribir una vez más me lleva
a ti,
a mí.
Alejarse es una necesidad a veces
una tentación
para evitar el dolor de tu ausencia
Otras es un mero mecanismo de defensa
Sin embargo la ternura me atrapa de
nuevo
ternura que llega a mi envuelta con
lazos de complicidad,
suaves caricias y sonrisas cómplices.
De nuevo el fantasma de tu amor revolotea
en el interior de mi alma
me lleva a otra orilla.
De nuevo vuelves a mí, en sueños,
evocándome melodías
rítmicas
semejantes al latido de mi corazón
frente a tu palpitar frenético,
erizado, incandescente.
Unos coleccionan lápices
otros sobres de azúcar
y yo, sin saberlo hasta ahora,
colecciono cuadernos,
cuadernos de tapas claras, cálidos,
con texturas satinadas, calientes
en los que pego flores silvestres
con las que me topo en las riberas
de los caminos,
como las amapolas y siempre me hablan
de tus besos,
de tus sueños,
de nuestro encuentro.
La paz en el fondo de unos ojos que
me miran sonriendo vuelve a llevarme frente al papel en blanco, tras la
risa compartida y algún secreto. Hay espacios de libertad y tolerancia
por conquistar que llevan nuestros nombres y a pesar de que no estamos
aun viviendo en ellos, caminamos hacia ellos sin ser conscientes de ellos.
El silencio invade la atmósfera cuajada de canciones, series de
TV, programas de radio. Mis oídos se saturan con esos ruidos y ha
llegado una vez más, al final de este duro invierno (2002) la necesidad
de la pluma y el silencio, cargado de voces futuras que marchitan y eclipsan
la angustia, mi desasosiego, mi soledad y mi abatimiento.
Los niños no han sido suficientes,
aunque su voz pidiendo un acompañamiento ha ayudado a que la pluma
corte el viento de nuevo.
La semilla ha brotado y esta vez presiento
que dará a luz algo nuevo, distinto que encontrará la eclosión
en uno de esos viajes que alimentan mi alma y me llevan más lejos
del origen, de mi familia y de su entendimiento. Será el precio
que hay que pagar, será…
_¿Por qué?
_ No importa es y con eso basta.
Los orígenes no modifican los
sucesos, sólo nos ayudan a verlos desde otra perspectiva, pero nada
más.
RECONOCERSE
Me reconozco en un gesto ajeno, cuando
colocas la bolsa del té verde sobre la cucharilla y enrollas el
hilo de algodón en ella exprimiendo las últimas gotas de
la infusión, antes de sacar el saquito para dejarlo en el plato,
dentro de la tetera o e el cenicero.
Me reconozco cuando me saludas con
un: ¿qué tal estás?, sincero, mientras me tomas una
mano y te sorprendes de que este fría, helada y ls acaricias con
una suave presión tratando de cerrar la fuente de la desidia, con
ternura cauterizadora.
Me reconozco el sentir tu mano abierta
abarcando mi hombro y tu mirada curiosa sobre mi trabajo, y al compartir
un guiño de complicidad que cobra vida al amor de un piropo sincero.
Nos reconocemos en la risa, en la
carcajada que desdramatiza el dolor de las distancias oceánicas
y trata de seguir trazando mapas más allá de los cielos encapotados,
en las bóvedas celestes de tu norte y mi sur.
Te reconozco, en la intangible dureza
de los locutores de noticias radiando catastróficas cercanas y lejanas.
Sin un temblor en la voz, con la mirada fija en las indicaciones del cámara
y los otros compañeros sin casa, a las que rara vez vemos. La noticia
es tajante, indiscutible, corta, está diseccionada con un corte
limpio, firme como mis palabras sentencia ante algunos acontecimientos.
Cada vez me reconozco más en
el porqué constante de esos niños de cuatro años por
te ven hasta las entrañas al mirarte a los ojos, ojos como los de
Marcelo, los de Leila. Ojos sabios y limpios capaces de ver más
allá de lo que los demás ven, quizás porque han recorrido
caminos que discurren entre gargantas profundas, oscuros caminos y han
mantenido su mirada limpia, su deseo intacto y su pasión ávida
de nuevos horizontes.
BÚSQUEDAS
Buscas nuevos horizontes. Nuevas búsquedas
a flor de piel, desperezándote, rasgando la coraza de un amor reseco,
agrio, de un tendido a la luz de la luna y sigues dando vueltas, girando
sobre ti misma suavemente, sin cesar. Es ese guiño el movimiento
auténtico que te define, son esos pies cansados, con callosidades
los que gritan reclamando el tacto de la arena mojada, cálida de
un océano tibio, sereno húmedo como aquel primer beso.
Risas cómplices, suaves bajo
la mirada que osculta que grita chillona y trata de alcanzar un nuevo espacio
de poder, mientras el tono baja, la mano toma velocidad y la tinta se licua
y fluye cuartilla a cuartilla. Silencio infranqueable silencio conquistado
que no rompe el alma. Silencio poblado una vez más de voces amigas
de presencias que luchan a pesar de las distancias, contra el paso
implacable del tiempo. Escribir, una forma de conocerse, de mirarse en
el reflejo casi perfecto del agua de los charcos. Charcos quietos, opacos,
ciertos. El barro en mis calcetines es testigo de mis heridas, de mis temores
ante las verdades que una equilibra tras situarme ante todos mis objetos
cara a cara, recolocando cada uno de mis recuerdos, de mis anhelos. Tormenta
de primavera, con Reinas de Corazones chillando: -¡Que le corten
la cabeza!.- y preguntas en el aire: -¿Qué vas a hacer el
28 de junio?.
Como única respuesta aceptable
el silencio, la mirada por encima de este horizonte cercano en busca de
la complicidad y la empatía de los sentimientos.
AUTOR/A
Gafas nuevas para contemplar la rutina
diaria, tras haber desojado la pasión y la fugacidad impecable,
brillante, mortal. Prisma interno, egoísta desde afuera. Necesario
para sobrevivir en el desamparo de la vulnerabilidad, en el desarraigo
del alma y el desgarro de los fallidos intentos en que he tratado de seducir
y enamorar a un fantasma en las costuras de tus pantalones y al que le
compro dos pares de zapatos nuevos: unos negros y con suela de goma, otros
flexibles, vaporosos. Aguardo con la esperanza de verlos devorados y roídos
por tus andares cercanos, a mi paso descalzo en los aledaños de
los sonoros acantilados desde las que desgrano estas palabras. Cae la luz
y las sombras son tintero, protagonista en busca de siervo que las alimente
y les de la oportunidad de ser paridas sobre el papel, para que no se las
lleven los rizos de este océano al fondo de una arena insignificante,
anónima cuya única expectativa es convertirse en castillo
de arena, estrella de mar con bordes de plástico. Mientras en sueños
aspiran a ser perla una vez que asuman su destino mineral.
Somos dioses pequeños, generadores
de realidades de las que nos desprendemos porque pesan demasiado, porque
nos superan y no nos esperan. Nuestro amparo, nuestra excusa o justificación.
El libre albedrío, las paradojas y la matemática difusa.
¿UN PORQUÉ?
Vivo fuera de la realidad, soy provocadora
de cosquillas mentales y emocionales. Soñadora, incitadora de palabras
propias aunque los mensajes sean reprochables, despiadados, violentos.
Aún creo en el don de la palabra como generadora de realidades alternativas
en las que poder vivir y alcanzar el goce más supremo: la memoria
y la paz interior que otorga la bondad y el amor.
No quiero, no puedo vivir en esa realidad
cargada y silenciada, donde el control viene dado por la yuxtaposición
del miedo y el silencio.
Observo en silencio, pero acabo
hablando e el momento oportuno en que estoy en el umbral de una puerta
y acabo entrando al cuartucho de los revolucionarios, soñadores
y artistas. No puedo permanecer más tiempo entre tanto cemento vulgar
y tabus.
Acabo generando amantes y enemigos,
otra vez, una vez más: dos hemisferios.
RELACIONES
El tiempo te enseña a buscar
aliados, a apoyarte en los otros y apoyarlos como estrategia de supervivencia.
Cicatrices y hendiduras sobre la piel te recuerdan la necesidad de aprovechar
cada momento, tanto la batalla como la retaguardia, la negociación,
la paciencia y la retaguardia, y la retirada estratégica. Las relaciones
son batalla. Pero yo sigo seleccionando, buscando ave con el que compatir
mis vuelos. Mientras adopto forma terrestre, vegetal a veces y sigo conociendo
las negociaciones de lo que necesito y deseo. Es una forma de no equivocarse,
un camino más hacia lo que de verdad quiero.
MIRANDO
Merecedora de caricias, desatenciones
ínfimas son las que me hieren. Cicatrices que permanecen desiertas
ante tu indiferencia y tu desprecio. Merecedoras de besos que me he ganado
a pulso en las tardes en que ha dejado mis apetitos para quitarte un velo
más, para escuchar esa voz negada, silenciada por los alborotos
ajenos, en definitiva, tu voz.
Me zambulles en tus atenciones con
los cinco sentidos y los poros abiertos porque son el fruto de mis cosechas
en esta tierra baldía en la que nadie se detuvo ni un momento y
por las que lucho a pesar de las voces constantes que me alertaban de la
presencia de otras realidades más asequibles, con accesos más
fáciles, pero no sucumbí ante la invitación de otras
realidades más próximas, con accesos menos peligrosos, así
como ante los placeres más cercanos.
Quizás porque sabía
que el esfuerzo traería recompensas más profundas y duraderas.
O quizás porque me atraen los
retos y los territorios vírgenes. La pureza sigue siendo mi talón
de Aquiles, todo un lujo para almas curiosas, sensibles y tercas.
CONSTERNACION
Ponerle vallas al campo
cegar los acantilados con alambres
de espino
ahuyentar la presencia de la muerte
con un grito
huir del amor carnal debido al tacto
y el olor del sudor,
es una evasión de la Vida
y más una negación del
alma
que una afirmación o una búsqueda
interior.
CICLO EVOLUTIVO
I
Arrebatos, urgencias
desasosiegos
violento frenesí
conversaciones constantes sin emitir
palabra
lenguaje de códigos no verbales
guiños sonrisas que son caricia.
Desnudarse ante una comida con la
sal precisa como para saborear la albahaca, la pimienta y el comino.
Despojarse de los escudos protectores
para renacer en una eclosión nueva.
En eso consiste estar enamorado.
II
Cuando te han acariciado, lamido y
fotografiado por los cuatro costados, que sólo otra persona conoce,
estás entrando en el amor ciego, que poco a poco comienza
a recobrar la visión de las rutinas y aparecen las batallas perdidas,
las peleas por tratar de preservar unos territorios y por conquistar otros
entornos. La batalla es amor, amor del día a día, amor de
noche a noche.
III
Luchas por creer que es lo mejor que
tienes y te vuelves cocinera experta donde te esfuerzas por extraer el
máximo rendimiento de todo lo que tienes al más bajo precio.
IV
Hasta que un buen día te sorprende
un viejo cosquilleo que creías muerto, al doblar una esquina y olvidas
volver al apartado I, tras diseccionar el desamor o bien te las ingenias
para transformar ese desamor, ese silencio que os une en una serena, reconfortante
y tranquila forma de vida. Pero entonces ya no te miras en los espejos,
te pones de mal humor los días de lluvia, no soportas que la vecina
del 5º tienda sus bragas rojas de encaje en las cuerdas que dan al
patio y las confesiones con tu amiga íntima se transforman en una
tertulia cinematográfica, salpicada por notas breves que versan
sobre vuestras adquisiciones inmobiliarias y los estudios universitarios
de unos hijos que os resultan cada vez un poco más ajenos.
Flores muertas las que cosecho en periódicos
atrasados, bajo el ladrillo que me mantiene alerta. Hojas en blanco, satinadas,
con brillos de purpurina y olor a esencias silvestres aguardan en el interior
del escritorio parra volar bajo el sello de la mano arañada y reseca.
Las cicatrices ya no cubren mis manos y la crema nutritiva cierra las fisuras
que el frío matinal trata de instaurar en las palmas de estas manos
pequeñas. Gozan arrancando matojos de los rosales y acariciando
por su envés tu piel morena, curtida por los hilos dorados de ese
sol que puebla mis recuerdos, mis sueños e inunda mis esperanzas
más recónditas, más secretas. Pero hay miradas profundas,
hechiceras capaces de vislumbrar en una combinación de figuras oníricas
esta esperanza este secreto guardado bajo llave, en el fondo de un baúl
que vigila y conserva, a los pies de mi cama, mis sueños más
intensos y auténticos, mis pasiones secretas. Ella mira contempla
y el desgarro de la separación, la amargura de la pérdida,
el sometimiento fiel y maternal con que renuncio a habitar en tus mañanas
y doy un paso atrás ante tus falsas necesidades,. Falsas porque
no nacen de ti, sino que brotan del capricho de una sociedad que legisla
el mundo privado, personal guiado por una voluntad suprema y en esta renuncia
me quedo medio vacía, muerta. Has sembrado semillas de paciencia,
pasión, sueños y anhelos con el agua de as mareas que separan
estas dos orillas que resisten a pesar de la conveniencia, del dolor, de
los convencionalismos y la ética. Subsisto frente al abismo de la
renuncia y la derrota por culpa y gracias a una certeza: volverás
a mi parra ser mío, un día cualquiera de ese futuro que nos
trae nuevas barreras, siembras, podas y luchas internas. No nos separa
una lengua, ni ninguna frontera terrestre que hombre o mujer hayan construído.
Nos separa la frontera de civilizaciones que viven el amor de un dios que
parra mí esta ausente y para vos es la primera prioridad.
HAY TANTAS PREGUNTAS SIN RESPUESTA:
Quisiera cuestionarme contigo:
¿Por qué Alah permitió
este amor?
¿ Que pretendía enseñarnos
con este dolor tan inmenso?
¿Por qué no me llamas
en una noche como ésta; ahora mismo puesta que sientes mi llamada,
me adivinas a pesar de la distancia y de las barreras ajenas?.
¿A qué tienes miedo?.
¿Por qué no luchamos
por este amor que nos nutre y nos hace crecer hacia dentro?.
PARAISO
Jardines de rosas, perfumes silvestres,
campos abiertos inundados de sol y agua fresca. Vergeles de miel y leche,
en los que te sumerges al lamer mis pechos, suave, y tiernamente. Hambre
voraz, confianza ciega que te lleva a mis brazos, donde te sumerges con
total entrega entre temblores y caricias prohibidas bajo el pañuelo
azul celeste que amparó la pureza de este amor. Las sábanas
tendidas ondean, oscilan con suavidad mansa y me trae sombras de tu presencia
envueltas en suaves roces, mientras la intempestiva voz oceánica
entre las rocas estalla en corriente de aire, ruido, respiración
profunda de tu abrazo último. Tu recuerdo me arrastra, me come,
me mata una vez más.
de Esmeralda
Vizcíno
a 30 de Abril
de 02