“La cumbia villera habla de nuestra
condición universal y no de un ellos pobres marginados poetizables.”
I gnacio Lewkowicz
Estos escritos emergieron un sabado
a la noche, estando yo nuevamente sin trabajo.
Por cuatro meses fui un subocupado
con sueldo variable (siempre en términos decrecientes, of course)
en La Cumbia Disco Tropical. Creo que la razón social de la empresa
lo dice todo. O nada, como suele suceder con casi todo aquello que atañe
a nuestras minusválidas metodologías de comprensión.
Estos escritos son crónicas
fermentadas en situaciones contradictorias (o no tanto) entre el decir
y el hacer de quien escribe.
Son informes sin métrica
sobre una formación cultural que se pario en la mugre del
dedo gordo del pie del capitalismo argentino.
Son el reflejo de los pedazos desperdigados
en el piso de un espejo roto que, para colmo, nunca existió.
Son alaridos para que los escuche
un hipoacúsico en coma cuatro y que le cuentan las razones de su
condición actual.
Sangri es el título elegido.
Es la marca de la sangría preparada que allí se vendía.
No pienso hacer devaneos hermenéuticos sobre ello. Hazlo tú,
lector, si os place.
Prólogo innecesario
Trabajar en una bailanta es
un trabajo como cualquier otro.
Es decir: una mierda.
No hay nada que justifique el hecho
de trabajar.
Nada.
Tampoco hay nada que justifique el
hecho de que yo lo sepa
y a pesar de ello, también
trabaje.
Nada
No hay nada que justifique el escribir
sobre ello y sobre mi trabajo en una bailanta.
Nada.
Esto que vas a leer es lo que salio
de la nada
Por nada
Para nada.
Rimbaud murió en Casiano
Casas al 900
Senté a la belleza en mis rodillas.
Y entonces la injurié.
Arthur Rimbaud
HOLA HOLA HOLAAAA
UNA NOCHE MAAAS
(como hacer poesía de esto?
como encontrar la palabra mas bella?
como vislumbrar la metáfora
de macanazos de ratis merqueados
de dos minitas agarradas de los pelos
disputándose un amor de aguantadero
de acordes disonantes y desesperados
de la exigencia interminable de cerveza
gratis
del facazo que llena de malva el kioskito
de la esquina
y en el medio de todo esto
la guita
atravesándonos a todos,
justificando nuestra presencia este
sabado a la noche)
PALMAS PALMAS PALMAS EN
LA CUMBIA
DISCO
TROOOPICAAAL!!!
Ella
Nunca supe como se llama
Nunca me importo tampoco
Dio su telefono a todo el mundo
(incluso a los policias)
Uno por uno,
Nos beso a todos
Cuando la gente se fue
Bailó
desnuda,
sobre un tarima de madera podrida,
en medio de vasos de plastico rotos
que derramaban sangria.
tres policias gordos mascullaban a
capella
el tema de “Nueve semanas y media”.
Nosotros seguíamos ese ritmo
con las palmas.
Mientras, esperábamos que nos
paguen.
Y ella bailo desnuda
Se reía.
Alza las manos
Damas Gratis va a tocar/
alza las manos/
si tu quieres bailar/
El teclado impertinente de Pablo Lescano
marcaba el ritmo de las piñas
Los Seguridad caian desparramados tratando
de llevarlo
Hasta que uno lo tira al suelo
Lo patea
Sangra
y entonces
Los pibes de la gorrita debajo del
buzo canguro,
los pibes sin rostro
Saltan
alzan las manos
Vamos los pibes
Escena de barra
Era pendeja, de unos 18 años,
tarjetera del lugar. Se acercó a la barra y me pidió una
sangría. Como de costumbre, antes de entregar mercadería,
pedí la guita. Me dijo que el dueño del lugar se la regaló.
Mi ironía salió al cruce. Me insistió varias veces
y ante mi negativa se fue de la barra, fingiendo indignación.
A los cinco minutos aparece el dueño
y me informa que la susodicha le estaba tirando la goma,
condición que la hacía
beneficiaria a la ambrosía de los malditos.
Okey.
La piba volvió y mientras le
entregaba el vaso tres cuartos, me sonreía de costado y me rebajaba
con la mirada.
Que trolita!
Y entonces
La vi con sus amigas,
todas juntas alrededor del vaso...
Ella..
Tenía en su sonrisa algo que...
podríamos decir...
alegría
y miraba..
como una nena
Hijo de puta.
( )
Estamos de fiesta
Es la unica manera de soportar ESTO
(esto)
Por eso
iremos a gastar lo que nos queda de
lo que conseguimos en algún lado de alguna manera
iremos a enamorar o a cogernos a todas
las mujeres que haya, intentando perdernos al encontrarlas
nos cagaremos a trompadas con alguien
que quizá como nosotros, simplemente se dedica a soportar (esto)
iremos a beber todo aquello que nos
parezca bebible, para poder decir (esto) en cada una de nuestras
arcadas.
Al alba,
(su) eco retumbará
a lo largo de la avenida Casiano Casas
y llegará desafiante
a la comisaría décima.
YO / INSTANTE
En La Cumbia no hay lugar
Para el susurro
Para el silencio
compartido y cómplice
Menos,
Para giles, románticos o
decimonónicos trasnochados
entonces intento no pensar
más allá del dinero
que voy a ganar
esta noche
renuncio a buscar alguna mujer
que me salve de escribir
miro la sangría que vierto en
los vasos
es oscura y
no devuelve ningún reflejo.
Cuando me salpica,
La sangría se pegotea y se
mezcla
con la nicotina de mis dedos
Penetra en mis uñas carcomidas
y
en todos los pliegues de mi mano,
se desliza por mi brazo flexionado,
y antes de que yo atine a hacer algo,
ella ingresó por la manga de
mi remera,
en busca de otras regiones de mi cuerpo
puteo.
sirvo el vaso de sangría de
$2,50
son las 3:00 am
todavía falta para cerrar
y algo me falta a mí:
no estar aquí nunca más
como lo venía haciendo
desde que empecé a trabajar
no aceptar dinero falso siempre
implica un riesgo
implica pensar
en una frenética búsqueda
cerebral, palabras
diplomáticas
no hay una receta prescripta para decir
“no te voy a dar lo que querés” cuando para la otra persona, vos
sos una contigencia entre él y su cerveza
si. Es miedo
entonces buscás maneras de que
el susodicho
se olvide del asunto
le sugerís maneras de conseguir
dinero
le hacés chistes
enfrente tuyo
hay dos ojos en vacío que intentás
llenar
con cualquier cosa
(salvo un diálogo sincero)
que se vaya
rápido
tengo-que-seguir-trabajando-necesito-la-plata-plata
de verdad
plata de verdad...
porque en La Cumbia
las personas siempre son el riesgo
que hay que correr
el muerto
nunca lo conocí
pero siempre pensé en aquello
en lo que podría estar pensando
en ese momento,
a una cuadra de donde yo estaba riéndome
de algún chiste malo
su existencia fue solo un comentario
de un compañero de trabajo
a decir verdad
no me importó que muriese tajeado
en una pelea de borrachos,
tirado y sangrando
en medio de la imposible Casiano Casas
supongo
que se habrá visto reflejado
en el retrovisor del móvil
policial
y el pensamiento no lo habrá
dejado abandonado
como lo hizo su amigo
el viento del invierno
habrá soplado más frío
en su cuello abierto
el griterío a su alrededor se
mezclaría
con la música cada vez más
lejana de La Cumbia,
produciendo un Tedeum alucinógeno
algo habrá pensado sobre alguien
que escriba su derrota
como homenaje a quien nunca me importó
que haya vivido,
amado, trabajado,
y muerto
por ese trago de cerveza no convidado
a su matador,
estas humildes palabras olvidables,
esta segunda muerte
Levante
fue un encare rápido. Le pregunté
si vivía sola y me dijo que sí. Fui a su casa sin saber como
había llegado, y menos, como podría irme. Seis de la mañana
en el corazón de Empalme.
Escena clásica. Polvo, cigarrillo
y un par de comentarios.
Me podría haber sentido un
poco más ausente, pero guardé esa sensación para este
momento, en el que escribiría que esa noche no me importaba morir
en manos de su novio (que era quien le alquilaba esa casa y además
andaba siempre de caño), mientras cogía al ritmo sincopado
de un chamamé que se oía en la radio y el sol aparecía
en medio de la ropa colgada del vecino.
La sensación del vacío
se vuelve más intensa en la soledad de la escritura. Tan intensa
como no encontrar la salida de Empalme Graneros para llegar a casa.
> From:
"juan pelotas" <primigenio3@hotmail.com>
> Date: Mon, 28 Oct
2002 15:32:06 -0300
> To: salvaje@poesiasalvaje.com
> Subject: saludos y
un escrito
>
> amigos de poesia salvaje:
> buenas! estuve viendo
el sitio, muy bueno, buen material y espectacular el
> diseño. me
intereso la idea y me gustaria enviarle esto que escribi hace
> unos dias
>
> un abrazo
> franco orellana
de Franco
Orellana
a 12 de Noviembre
02