(Poemas extraídos
del libro: Espejo Negro. DVD ediciones, Barcelona, 2001)
Inmóvil abandonado a tu pesadez de hombre inmóvil me miras con antiquísimos resentimientos. Óyeme bien soy inocente de tu pasado no soy tu puta madre ni tu enferma madre ni tu loca madre aunque sea puta loca. No merezco recibir agresiones ajenas retrasadas y caducas. No proyectes sobre mí los espectros
de tu niñez tengo forma, color y dimensiones propias. Tampoco vengas a mí llorando como un niño cuando no lo eres. este regazo que te acoge también
te desea. No sobreactúes a mí también me expulsaron
del paraíso antes de tiempo y sin notificación previa ¿a quién no? Anda hombre levántate de ti.
Mi padre enfermo de sueños en el asfalto incandescente de cien
mil mediodías caminados bajo el sol en vertical perdió sus pies y apoyado en sus rodillas sigue buscando el camino de vuelta a casa. Mi padre sueña, rendido por el cansancio, que vuelve a su tierra y planta sus
piernas y le crecen pies jóvenes y la savia de su tierra negra le alivia
el dolor de las arrugas y resucita sus cabellos muertos. Luego despierta en un piso alquilado
a la ciudad de los huracanes de la miseria y blasfema y maldice y no tiene amigos. Escondido en la noche papá llora por las certezas
que lo defraudaron. Del otro lado de su piel mamá llora por mamá mamá llora por su casa que
ya no habita y por paz y reposo y risa. Papá y mamá lloran cada uno a espaldas del otro en la
cama
en el más crudo estruendoso hermoso silencio que modula en frecuencias infrahumanas sonidos que se articulan como palabras: "si aquí no estan mis sueños cómo puedo dormir aquí". Y que sólo yo escucho con la cabeza enterrada en la almohada. Concebida de la nostalgia nací con lágrimas en
el sexo con tierra en los ojos con sangre en la cabeza. No soy lo que soñaron como tampoco lo son sus vidas.
La muerte también es una luz sobre mi cabeza en medio de esta noche. Todos nos quedaremos aquí enrareciendo este aire abonando esta tierra enturbiando este agua. Nada puede escapar del universo, ni la luz ni tu más infinita claridad.
No tengo casa a la que volver ni esperanza de la que colgarme por eso camino. Las casas se derrumban a mi paso la tierra es una alfombra de escombros. Me detengo a admirar la belleza de
las palas mecánicas los movimientos de las excavadoras
me erizan de deseo. De noche las contemplo: los perfiles inmóviles de las
palas descansando sobre el cielo azul cobalto al lado de la luna de luz nacarada son aún más hermosos
que los brazos de los hombres que las manipulan y las excavadoras con sus enormes bocas abiertas y llenas
todavía de tierra y escombros parecen enormes animales muertos. Mis padres me enseñaron a no
tener nunca nada. Ellos me enseñaron a no volver
nunca a casa a no decir nunca esta casa es mía aquí me quedo yo en este lugar que amo. Cierro la puerta y no necesito mirar
atrás para saber que la casa ya no existe más. En ninguna parte sin hablar con nadie
estoy pero si nos cruzamos
puedo enseñarte a caminar sonriente sobre la desolación.
Eventualmente paso días enteros
sangrando ( por negarme a ser madre). El vientre vacío sangra exagerado e implacable como una mujer
enamorada. Si los hijos no salieran nunca del cuerpo de sus madres juro que tendría uno ahora
mismo para sentirlo crecer dentro de mí hasta poseerme como en una sesión
espiritista o como si mi bebé y yo fuéramos muñecas rusas una llena de la otra mamá llena de bebé. También tendría un hijo si ellos siempre fueran bebés y pudiera sostenerlo en mis brazos
por encima de la realidad para que mi niño nunca pusiera
los pies en la tierra. Pero ellos llegan a ser tan viejos como uno. No alimentaré a nadie con mi
cuerpo para que viva este suicidio en-cuotas
que vivo yo. Por eso sangro y tengo cólicos y me aprieto este vientre vacío y trago pastillas hasta dormirme y
olvidar que me desangro en mi negación.
Amo a este hombre misógino. Deseo su sexo descarado que pasea de
aquí para allá que entra donde como y cuando él
lo desea vomita su odio en mí y se va. Yo, maravillosa artesana, hago de su asco mi mejor creación: una réplica suya mejorada. Del vómito incubado en el más
repugnante de los seres nacerá la criatura que lo iguale
en fuerza y sea capaz de destruirlo por envidia como yo no pude hacerlo por amor. .
Hola, Mi
nombre es Miriam Reyes (Orense, 1974) y he publicado recientemente mi primer
libro de poesía titulado Espejo Negro (DVD ediciones. Barcelona,
2001). Con anterioridad fui incluida en la antología Feroces. Radicales,
marginales y heterodoxos en la última poesía española
(DVD ediciones. Barcelona, 1988) y en la antología Forse questo
é il confine. La giovanne poesía Europea nel 1998. (Metelmi
editores. Roma, 1999). Espejo
Negro, es un libro de poesía cruda, descarnada y órganica.
Una voz de mujer sin vergüenza. Aunque
española de nacimiento, desde los ocho años hasta los veintiuno
viví en Venezuela, por lo que me siento más latinoamericana
que europea y me gustaría encontrar la manera de difundir algunos
de mis poemas en latinoamerica por medio de revistas on-line. Tengo
también una página web donde podrán obtener más
información sobre mi trabajo: <http://www.oddcity.com/espejo_negro> Les
adjunto seguidamente algunos poemas de mi libro. mail
de miriam
de miriam
reyes http://www.oddcity.com/espejo_negro a 13 de Septiembre
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